Lima: Destino Gourmet del Mundo.6 Minutos para leer.
Mariajosé Sotomayor Ugarte-Quiroz

Mariajosé Sotomayor Ugarte-Quiroz

Cultivating spaces where culture and flavor meet in every home.

Title Image

De Kjolle a Isolina: Un Viaje Culinario por Lima

Lima es reconocida como la capital gastronómica de Sudamérica, y en varias citas con mi enamorado tuve la oportunidad de descubrir por qué. La ciudad no solo destaca por su historia y su cultura, sino que también ha conquistado el paladar de muchos y llegado a las mesas de varios. Desde 2021 hasta la actualidad, dos de sus restaurantes, Central y Maido, ocuparon los primeros puestos en la lista de los “50 Best”, destacándose entre los mejores a nivel internacional. En total, siete restaurantes peruanos figuran en este ranking, consolidando a Lima como un destino gastronómico de primer nivel.

Para quienes buscan vivir experiencias únicas todas las noches, la ciudad ofrece una fusión incomparable de tradición e innovación, que se refleja en cada plato, desde los menús sencillos de los mercados, como el emblemático Mercado 1 de Surquillo, hasta restaurantes como Central, el mejor restaurante del mundo. Durante nuestras noches juntos, mi enamorado y yo decidimos explorar algunos de los más icónicos: Kjolle, Maido e Isolina. Cada uno de ellos dejó una huella en nuestra memoria, y paladar, no solo por la comida, sino también por la atmósfera y la experiencia que compartimos.

Image

Kjolle: Viaje Sensorial a Través de los Andes

Nuestra primera parada fue Kjolle, dirigido por la talentosa chef Pía León, quien fue reconocida como la mejor chef mujer del mundo en 2021. Desde que entramos, el ambiente nos envolvió con una sensación de sofisticación tranquila. La propuesta de Kjolle está profundamente conectada con la biodiversidad peruana, y eso se nota en cada detalle del menú. La experiencia completa fue un viaje por las diferentes regiones del país.

Comenzamos la noche con un delicioso pan de maíz morado, esponjoso y tibio, acompañado de una mantequilla especial. Mi enamorado y yo disfrutamos cada mordisco; tuvimos que compartir el pan, y estaba tan delicioso que sentíamos celos de las personas que iban a comer solas porque podían comer el pan entero. La carta también ofrecía la opción de maridaje, que no dudamos en elegir. El sommelier supo exactamente qué bebidas seleccionar para complementar cada plato. Uno de los que más nos sorprendió fue "Muchos Tubérculos", una tartaleta que combinaba capas de yuca, ollucos y papas, resaltando las texturas y sabores de estos productos andinos. Sin duda fue uno de nuestros favoritos por su cremosidad y su increíble sabor. Nos gustó tanto que preguntamos si podíamos ordenar más.

La atención al detalle en Kjolle es impresionante. Cada plato, cada bebida, todo está pensado para crear una experiencia que va más allá de la comida. Gracias a la explicación que los camareros daban de cada platillo y sus ingredientes, me sentí profundamente conectada con la naturaleza y la cultura peruana en esta cena, y estoy segura de que ambos coincidimos en que fue una de nuestras citas más especiales.

Image

Maido: Fusión Nikkei en su Máxima Expresión

Nuestra siguiente parada fue Maido, el templo de la cocina Nikkei, una fusión entre la gastronomía japonesa y peruana. Celebramos una ocasión muy especial: el 15º aniversario del restaurante. Para conmemorar esta fecha, el menú degustación era un compendio de los platillos más emblemáticos.

Uno de los platos que más nos impactó fue el "Zigzag Amazónico," un chorizo amazónico servido con loche, que combinaba sabores terrestres con la intensidad del embutido. Pero si hubo un plato que me sorprendió fue "El Intruso". Nunca había sido fan del foie gras, pero la combinación de este con papa, higos y miel de picarón fue una revelación. El contraste entre lo dulce y lo salado era tan perfecto que no pude evitar sonreír mientras lo degustaba. A pesar de que no suelo disfrutar el hígado, esta vez, Maido logró hacerme cambiar de opinión. ¡Y qué decir del "Cuy San"! Era una interpretación única del clásico plato arequipeño, y para mí, fue el mejor cuy que he probado en mis 22 años.

El ramen Nikkei, con su mezcla de calamar, dashi amazónico y cerdo, también fue un hit de la noche. Mi enamorado quedó fascinado, y ambos coincidimos en que volveríamos a Maido solo por esa sopa. Al final de la noche, el maridaje también fue una parte esencial de la experiencia. Probamos varias opciones, pero mi favorita fue una bebida llamada "Nori", hecha con alga nori y sake.

Image

Isolina: Una Celebración de los Auténticos Sabores Criollos

Finalmente, en una noche más tranquila, decidimos ir a Isolina, un espacio relajado en el barrio de Barranco. Desde que entramos, nos sentimos transportados a una taberna de antaño, con aromas que nos transportaban a recuerdos de la cocina casera. El menú aquí es todo sobre platos criollos, esos que las abuelas peruanas preparan con tanto cariño.

Pedimos de entrada una papa rellena que estaba crujiente por fuera y suave por dentro. El relleno de carne tenía un sabor exquisito y mi enamorado optó por el pan con pejerrey, que resultó ser una delicia: fresco y crocante, no tardó en devorarlo. Luego, llegó el ceviche. Creo que nunca podría aburrirme del ceviche, y en Isolina lo preparan a la perfección: pescado fresco, un toque de limón justo en su punto, y esa mezcla de sabores que es tan refrescante, incluso para una cena.

Para los fondos, no podíamos dejar de pedir el ají de gallina, la cremosidad y el sabor intenso del nos hicieron sentir como si estuviéramos comiendo en casa. Acompañamos la comida con una refrescante chicha morada y, por supuesto, un pisco sour que estaba maravillosamente equilibrado, en el punto preciso de acidez.

Los postres también merecen una mención especial. Pedimos suspiro a la limeña y crema volteada. Ambos estaban tan cremosos y dulces que proporcionaron el cierre perfecto para la noche.

(Nos comimos todo tan rápido que no pudimos tomar fotos).

Conclusión: Lima, un Destino para los Amantes de la Gastronomía y la Vida Cultural

Si hay algo que quedó claro en nuestras experiencias es que Lima no solo es un destino de visita, sino una ciudad donde uno puede enamorarse de la vida misma. La riqueza cultural, la conexión con las tradiciones y la fusión de influencias gastronómicas internacionales hacen de esta capital sudamericana un lugar vibrante y lleno de matices. Vivir en Lima significa tener acceso a una gastronomía de clase mundial, donde cada día se puede descubrir un nuevo lugar o platillo que sorprende. Desde lo más exclusivo hasta lo más tradicional, la ciudad ofrece una diversidad que nunca deja de asombrar.

Además, la ciudad no solo destaca por su comida. Vivir aquí es sumergirse en una vida cultural rica, con museos, festivales y una vibrante escena artística que te conecta con la historia y la modernidad de Perú. Ya sea que te atraigan las experiencias gourmet, el estilo de vida relajado cerca del mar, o la posibilidad de estar en el epicentro de la cultura latinoamericana, Lima tiene algo que ofrecer para todos. Para aquellos que buscan una vida llena de sabores, emociones y oportunidades, mudarse a Lima es una elección que promete una aventura constante en todos los sentidos.

Image